Manglares, guardianes de la costa y la biodiversidad

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En el Día Internacional para la Conservación del Ecosistema de Manglar conmemoramos la importancia de estos individuos fundamentales para la vida en los océanos y las comunidades costeras.


Todos los seres vivos estamos intrínsecamente ligados a los ecosistemas que habitamos, y nuestra existencia depende de la salud y sostenibilidad de estos sistemas.

En este contexto, Ocensa ha tomado un papel activo en la preservación de la biodiversidad y la protección de los ecosistemas naturales. Su compromiso se refleja en una serie de iniciativas orientadas a la conservación, dentro de la que destaca la gestión de los ecosistemas de manglar.

¿Por qué conservar el Manglar?

Los manglares son ecosistemas de crucial importancia debido a su eficiencia en la captura y almacenamiento de carbono, superando incluso a los bosques tropicales en este aspecto. Además de su papel en la mitigación del cambio climático, los manglares ofrecen múltiples beneficios:

**Mejoran la calidad del agua: **Actúan como filtros naturales, removiendo contaminantes.

**Protegen contra la erosión costera:** Las raíces de los manglares estabilizan el suelo.

**Promueven la restauración y conservación de la biodiversidad:** Proporcionan refugio y recursos alimentarios para una gran variedad de especies.

**Aseguran el alimento y economías locales:** Los recursos de los manglares son esenciales para muchas comunidades costeras.

**Fortalecen la gobernanza forestal y fomentan la Investigación:** Apoyan prácticas de gestión sostenible y estimulan la investigación científica.



Ocensa y la protección de ecosistemas de manglar

En respuesta a la necesidad de proteger estos valiosos ecosistemas, Ocensa emprendió entre 2022 y 2023 un ambicioso proyecto de restauración de manglares en el Golfo de Morrosquillo.

Esta iniciativa, realizada en colaboración con la Fundación Omacha, el Proyecto Vida Manglar, la CVS y el INVEMAR, se centró en la rehabilitación ecológica de la zona de uso sostenible del Distrito de Manejo Integrado (DMI) Cispatá, La Balsa y Tinajones, en el departamento de Córdoba.

Dentro de las acciones, se instalaron 480 montículos, y se dispersaron manualmente 18,640 propágulos, promoviendo la regeneración del manglar. Las plántulas alcanzaron un crecimiento promedio de entre 40 y 60 cm en 10 meses, con una tasa de sobrevivencia del 75%.

En ese sentido, se rehabilitaron 11,400 metros de caños y 39.2 hectáreas de bosque de manglar, lo que contribuyó a la reducción de la hiper salinización del área.

Además, 1.750 personas se beneficiaron del proyecto, se fortalecieron 8 asociaciones locales y se observó un notable aumento en la calidad de vida de los residentes.



Resultados significativos con impacto positivo

El éxito de este proyecto inicial condujo a una nueva colaboración con la Fundación Omacha, enfocada en la conservación de especies clave en el Golfo de Morrosquillo, como delfines y aves marinas.

Este proyecto en curso incluye un análisis detallado de los hábitats utilizados por estos animales, incluyendo los manglares, para garantizar su supervivencia y promover la protección de su entorno.

Proteger el ecosistema de manglar no solo implica cuidar las especies de flora y fauna, también significa poner en un alto grado de valor a todo el conocimiento tradicional de los mangleros locales y proteger y promover el uso sostenible que esta comunidad ha ejercido por años.



Julio 26 de 2024


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