Al cierre del convenio, los resultados medioambientales son positivos y la relación con comunidades, organizaciones civiles y autoridades fue proactiva.
Con actividades en los municipios de San Bernardo, San Antero, La Caimanera, Guacamayas y San Onofre, se dio el cierre y se entregaron los resultados del convenio entre Ocensa y la Fundación Omacha en el golfo de Morrosquillo.
El convenio tenía como objetivos la protección de los ecosistemas costeros del golfo de Morrosquillo, enfocado en delfines y aves acuáticas. Lo cual responde a la priorización de la estrategia de biodiversidad de la compañía, en su fase I.
Como resultados, se logró el registro de cerca de 230 especies de aves y 4 especies de delfines en la zona. Se involucraron más de 1.572 aliados en el proyecto, entre pescadores, operadores turísticos, representantes de los gobiernos locales, autoridades ambientales y marítima, y personal de Ocensa, entre otros.
Para Cristina López, jefa de Gestión Ambiental de Ocensa, los resultados del convenio son satisfactorios y se convierten en una hoja de ruta para pensar en qué otras acciones, en pro de la conservación, se pueden impulsar desde Ocensa y con el apoyo de la Fundación Omacha.
“En este convenio hay que destacar cómo se coordinaron ciencia, academia, comunidad y la compañía en un solo territorio”
Cristina López, jefa de Gestión Ambiental de Ocensa
Estas fueron las principales iniciativas:
El Golfo de Morrosquillo, ubicado en los departamentos de Córdoba y Sucre es uno de los estuarios más importantes del Caribe Colombiano. Es un mosaico que alberga ecosistemas estratégicos sustentando gran cantidad de especies y es la base de la vida de las comunidades humanas de la región.
En el golfo viven delfines y aves que por sus características se consideran especies sombrilla, es decir, generando medidas de conservación para estos grupos se promueve la conservación de otras especies y varios ecosistemas. Por este motivo, Ocensa y la Fundación Omacha junto con autoridades, pescadores y operadores turísticos, unieron esfuerzos para estudiar y proteger estas especies a través del Proyecto Delfines y Aves del Golfo de Morrosquillo.
Durante 93 días en campo se realizaron 10.558 registros de aves. Se contaron 39.776 individuos de 230 especies diferentes. De estas, 72 se consideran migratorias y 6 se encuentran en algún grado de amenaza. Además, en la región hay por lo menos 3 áreas de anidación de garzas incluyendo la garza Agami, especie rara y considerada vulnerable. De igual manera, se hicieron 8 nuevos registros para la región.
Los recorridos para obtener estos datos fueron realizados por biólogos de la Fundación Omacha y actores locales de los municipios costeros quienes aportaron con su conocimiento sobre las aves y la región. Ocensa en sus embarcaciones capacitó a la tripulación para realizar registros de animales.
Durante más de 170 horas fueron registrados 57 avistamientos de 4 especies diferentes de delfines. Una de ellas, el delfín gris o Sotalia Guianensis, se encuentra bajo la categoría de Casi Amenazada (NT) según la IUCN.
Los delfines se diferencian unos de otros por las marcas en sus aletas dorsales. Para reconocer a los delfines que viven en el golfo, todos fueron fotografiados, analizadas sus aletas y creado un catálogo digital de foto-identificación. Durante los monitoreos fueron capacitados pescadores, operadores turísticos y los voluntarios de la Red Nacional Jóvenes de Ambiente en técnicas de estudio de cetáceos.
En el proyecto Delfines y Aves del Golfo de Morrosquillo se integraron diversos actores. Autoridades ambientales como: la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge, Carsucre, Dimar; asociaciones de pescadores, operadores turísticos, la Red Nacional Jóvenes de Ambiente y otros miembros de la comunidad, los cuales participaron en más de 60 actividades como: talleres, recorridos, mesas de trabajo, entre otros, para proteger los ecosistemas marino costeros a través del monitoreo comunitario de los delfines y las aves de la región.